Los murciélagos son muy conocidos en la cultura popular por su relación con los vampiros, esos seres míticos que se alimentan de sangre, lo que ha ocasionado miedo entre la gente por que les consideran responsables de transmitir enfermedades al ganado y aunque existen murciélagos vampiros, sólo 3 especies de las más de 1000 que existen en el mundo se alimentan de sangre, mientras que el resto se alimentan de insectos, frutos, peces o pequeños vertebrados y néctar.
Los murciélagos nectarívoros son los responsables de la polinización en diversas plantas y aunque son igual de importantes que el resto de los polinizadores son menos reconocidos por ésta labor y se encuentran en peligro.
Aunque es poco sabido, los agaves y los murciélagos guardan una relación estrecha, ya que los murciélagos nectarívoros del género Leptonycteris yerbabuenae, L. nivalis y Choeronycteris mexicana son los principales polinizadores del agave.
Es importante reconocer la diferencia entre la dispersión de semillas y la polinización, ya que son procesos muy diferentes entre sí y tienden a ser malentendidos. La polinización consiste el transportar polen de una flor a otra que lo recibirá en un órgano receptor de polen y fecundará la flor para producir descendencia (semillas) mientras que la dispersión de semilla implica que el murciélago se alimente de fruta y al comerla, come también sus semillas, éstas al no ser digeridas por su organismo son desechadas en sus heces.
La reproducción vía sexual se ha visto amenazada por las prácticas industriales en la producción principalmente de tequila y en la creciente del mezcal. Si el agave florece, no se puede utilizar para producir estas bebidas, siendo que tienen que ser sacrificadas antes de producir flores rompiendo el ciclo de reproducción y provoca a su vez escasez de comida para los murciélagos nectarívoros.